Es lo natural

31 may 2022 / 15:45 H.
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Definimos en español lo natural como lo “regular y que comúnmente sucede” o como “que se produce por solas las fuerzas de la naturaleza...”, sin que medie o intervenga la acción humana. Nuestra lengua es rica en vocabulario, pero por su origen, hay términos que poseen distintos significados con matices muy diferentes. Un uso inapropiado nos lleva a definir equivocadamente la realidad. Así ocurre con quienes piensan y argumentan, desde grupos políticos, defender “lo natural” para fundamentar su visión del contexto en contra de la diversidad en la que vivimos. Nos caracterizamos como especie por haber evolucionado desde la narración. Contamos respuestas del ¿por qué? Sin analizar cómo hemos llegado a ellas. Construir la narración forma parte de nuestra cultura, fuente de identidad y razón. Justifica la existencia. Es la base de los nacionalismos autoritarios. Niegan la diversidad interna porque “lo natural” es lo que ha sido siempre, como si no hubiese sido resultado de la narración y de quienes han decidido que sea así, incluyendo la imposición de la idea. El paso siguiente es eliminar a los que no estén en lo natural, lo que pensamos. Están fuera de nuestro territorio. Es el argumento del discurso único, el fin de las ideologías, cuando esta visión es, en sí, ideología. Para ello se deconstruye el discurso, se retuercen palabras confundiendo su significado para crear un nuevo relato. Después se niega la existencia de opiniones distintas considerando que deben de eliminarse porque atacan a la tranquilidad, generan violencia. El objetivo según Sennet es “capitalizar el miedo a la violencia para crear una represión generalizada, creen que, si no se crea, la violencia se abrirá paso”. Es confundir la causa con el efecto. Crear relatos de quien está en el eje del mal, sin considerar que la cultura de la violencia está en tu identidad de país, es fácil. Estados unidos se fundó en la idea de una persona un voto, y en paralelo una pistola. Acusan a Putin de invadir para anexionarse territorios como expresión del nacionalismo autoritario, cuando en su historia han hecho igual en las guerras contra España, México, anexionándose varios estados e interviniendo militarmente con argumentos democráticos desde la insensibilidad humanitaria como fue el bombardeo por saturación de los diques del río Rojo en Vietnam que supondría la hambruna de miles de personas tras la guerra. Una identidad que cree que atacar es defenderse, que liberalizar el mercado de las armas, un derecho a la libertad. ¿Quién es el ejecutor de las matanzas? Uso armas para eliminar al distinto y a quien no me deja ser como deseo. 500.000 millones de dólares generó la industria armamentística mundial en 2019. De las 10 primeras compañías, siete son estadounidenses. Esta industria no produce si no se consume. ¿Se entienden ahora las guerras abiertas, los bombardeos masivos rusos y la hambruna humanitaria que generan? Lo fácil es creer en un relato de buenos y malos, no de quien gana y quien pierde en las guerras. Una cosa es que te gusten las hamburguesas, otra creerse que el relato del nacionalismo intolerante, autoritario, es lo natural. La idea de libertad que se nos venden mediáticamente podría ser otra expresión de nacionalismo excluyente que debemos analizar desde nuestra vieja España, no imitemos en política. Leamos a Esquilo: “La verdad es la primera víctima de la guerra”.

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