Erre que erre
Créame usted, Don Ministro de los trenes, se llame como se llame y hasta cuando se lo llame, que no es por seguir con la tabarra que agarré el año recién pasado, pero es que no me deja usted otra salida.
¿Año nuevo, vida nueva? Verá usted: eso no se ha hecho para una servidora. Cómo no será, Don Óscar —porque sigue usted siendo el mismo ¿verdad?— que, si existiera el “Oscar a La Constancia”, ya lo tendría yo en mi aparador, con su nombre grabado en la peana, y no por mentarlo a usted con tanto ahínco, sino por habérmelo ganado con el mío propio. Pregunte, pregunte, si no, al alcalde de Albanchez de Mágina, o al presidente de la Asociación para el Desarrollo de Sierra Mágina, más conocida por “la ADR”; indague sobre la tabarra que di con lo del desatino de que las mujeres de ese pueblo, por un “quíteme allá esa pajas” de un retraso en el pago municipal de las cuotas de la asociación, vivieran ellas “desenganchadas” de ese alegórico hilo de lana de colores, encanillado con empeño femenil; hilo con el que las mujeres de nuestra comarca unieron como diosas de lo factible lo que algunos hombres, convictos de exceso de “hombría”, separaron, por acción u omisión, que son las dos maneras de delinquir.
Mire, no se tome usted a mal mi insistencia. Si quiere, hasta puede tomárselo en plan monserga de ancianita petulante y seguir llamándose andana, que es lo que me pienso yo que está haciendo. Pero ¿cómo cree usted que le vendría a su salud lo de quitarse de encima a una servidora con un esfuerzo mínimo cual es tirar una línea recta y aviarnos una vía de AVE a Jaén? De seguro que usted, que hasta ha llegado a ministro racionalmente trigonométrico (ya le revelaré otro día el por qué de lo que digo) tuvo que manejar de lujo la escuadra y el cartabón de bachiller, por lo que no le costará tanto agarrarse al transportador de ángulos, torcer el ídem a la altura, mismamente, de Ciudad Real o de Puerto Llano —eso lo dejo a su antojo—, olvidarse de senos y cosenos, dejar de salirse por la tangente, trazar una secante y apañarnos lo del transporte desde Madrid a Jaén.
Verá usted. Este año, si siguen pintando bastos y lo del AVE no se arregla, se me ha ocurrido a mí que, a lo mejor, trasladándole a usted esas historias de pueblo que usted no conoce —porque un Don Ministro no tiene por qué rebajarse a saberlas— a lo mejor consigo ir ablandándole las entendederas y aflojándole la bolsa de los dineros y acabamos teniendo AVE.
Comenzaré por contarle la historia de mi amiga Paqui, la que, recién casada, se fue de Jódar para ganarse la vida, pero vive lampando por volver a su querida Jódar de vez en cuando. Y más ahora que se ha quedado sin su hombre de toda la vida. Para que usted lo sepa: si mi amiga Paqui hubiera podido montarse en un AVE, y hacer el trayecto Barcelona-Jaén sin más quebraderos de cabeza que subirse allí y bajarse acá, hubiera tenido el consuelo de volver a su municipio, aprovechar para limpiar las tumbas a sus muertos, que es algo que consuela mucho, y echar unos “aguilandos” con los pocos vivos que le van quedando en Jódar, que es de los pocos júbilos que nos van quedando a las de nuestra edad antes de que la muerte la junte a ella con los primeros y la separe de los segundos.
Pero vea usted cómo cuenta ella misma su cruel peregrinaje para hacer miles de kilómetros: “Con tanta dificultad, mis hijos no me dejan viajar sola, así que, para ir a Jódar, debemos tomar un avión desde Barcelona hasta Granada, alquilar allí un coche sin conductor y, en una hora en Jódar, donde mi hijo hace noche. Torna a Granada, devuelve el coche, y a Barcelona, de nuevo, en avión. No sale muy barato que digamos, pero es lo que hay actualmente”.
Y es que, eche usted un vistazo a cualquier mapa de vías de AVE, un poner, desde Ciudad Real a Granada, y verá cómo, quienes trazaron eso sin pasar por Jaén, o llevaban una cogorza de chupa de dómine, o directamente ignoraban dónde está Jaén. Por eso he pensado que usted, que es, o al menos aparenta ser, tan lineal, tan recto y tan instruido sobre nuestra ubicación geográfica, a lo mejor hasta consigue enderezar semejante curvatura del círculo.