Entre tinieblas

    22 feb 2021 / 11:14 H.
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    En este comienzo de 2021 el panorama de la economía española sigue siendo desolador. Basta para comprobarlo con leer algunos titulares de la prensa especializada: “La economía española se asoma a una nueva caída y un primer semestre perdido” (Expansión, 11 de febrero); “La Unión Europea revisa el PIB para 2021 por debajo de la previsión del Gobierno” (El Economista, 11 de febrero); “España e Italia, las economías que más tardarán en superar la crisis” (Expansión, 12 de febrero); así como los de alguna publicación generalista, “La economía española se hundió un 11% en 2020, el mayor desplome desde la Guerra Civil” (El País, 30 de enero).

    Ya en 2020 la economía española fue la que tuvo un comportamiento más negativo de entre todas las de la Unión Europea e, incluso, del conjunto de las economías desarrolladas. Así, durante el año pasado el PIB retrocedió un 11,1% en España frente al -7,2 de la Zona Euro, el -5,4 de Alemania, el -9,2 de Italia o el -3,4% de USA (datos del Fondo Monetario Internacional). ¿Por qué? Son muchas las razones que podemos enumerar: en primer lugar, la composición de nuestro tejido productivo, ya que el peso de los sectores más sensibles a las restricciones de movilidad y de contacto social (hostelería, restauración, transporte, ocio, comercio, etc.) es del 27%, superior al que tienen en la Unión Europea (20%); asimismo, en España existe una altísima proporción de autónomos y de microempresas, con una estructura financiera frágil, lo que las sitúa en riesgo de supervivencia; en tercer lugar, cabe mencionar la elevada temporalidad de nuestro mercado de trabajo (26,9% del empleo asalariado total, frente al 14,2 de la Unión Europea), lo que provoca que en cada crisis se produzcan ajustes rápidos por la vía del incremento del desempleo.

    Capítulo aparte, por su importancia, merece el turismo. En efecto, en España el turismo representa el 9,2% del PIB y el 11,3% del empleo, lo que nos convierte en la segunda potencia turística del mundo por número de visitantes (tras Francia) y por ingresos (tras USA). ¿Qué ha pasado en 2020? Las cifras hablan por sí solas: en 2019 vinieron a España, según el INE, 84 millones de turistas internacionales (récord histórico) y en 2020 solo fueron 19, es decir, 65 millones menos. Por lo que se refiere a los ingresos, en 2019 los turistas gastaron 91.911 millones de euros, en 2020 la cifra ha caído hasta los 19.739 millones, es decir, un desplome del 78,5%. Si a la crisis del turismo internacional unimos la fuerte reducción del turismo autóctono, el cóctel está servido y ya son pocas las aclaraciones adicionales que se requieren. Si acaso, constatarlo a nivel provincial. Así, según el Banco de España, el impacto económico de la pandemia en 2020 fue muy diferente en las distintas demarcaciones territoriales: así, en Baleares el PIB se redujo un 27%, Gran Canaria (-21,0), Tenerife (-19,0), Málaga (-17,0), mientras que en el otro extremo se sitúan Badajoz (-5,3), Ciudad Real (-5,7), Soria (-6,7) o Jaén (-8,7%). En suma, las provincias con mayor peso del turismo en su economía han sido las más castigas por la crisis pandémica.

    ¿Qué pasará en 2021? Parece evidente que los retrasos en la vacunación respecto a las previsiones de finales de año, la virulencia de la tercera ola y la continuidad de las restricciones a la movilidad y, consecuentemente, la negativa evolución del turismo, están retrasando el ansiado repunte de nuestra economía. Probablemente hasta el segundo semestre no podamos disfrutar de la movilidad necesaria para que el turismo remonte y se produzca la ansiada recuperación. Con todo, las previsiones de la Unión Europea es que España sea el país con un mayor crecimiento de su economía en 2021 (5,6%), seguido de Francia (5,5), es decir, dos grandes potencias turísticas, mientras que los países que menos crecerán serán: Holanda (1,8%) o Austria (2,0%). Como en España, y en ninguna de sus regiones, todo es turismo, habrá que apostar mucho más que hasta ahora por la innovación, la intensidad tecnológica y la competitividad de todos nuestros sectores económicos para contar con unos cimientos más sólidos para el futuro.

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