Entre los blancos cirios

    18 ago 2021 / 18:16 H.
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    T orredonjimeno Torredonjimeno guarda una imagen de singular belleza, está en mis primeros recuerdos de niña. Entre los blancos cirios una imagen de la Virgen dormida, en tránsito a la Vida Celestial.. Mis recuerdos se mezclan en una nebulosa de grises que flotan entre un blanco compás de sensaciones. La recordaba muy vagamente, hasta que el año pasado me la encontré al pasar delante de la casa de su dueño. Allí estaba reposando su sueño, se podía contemplar a través de los negros hierros de una baja ventana.Su belleza me cautivó enseguida, había en los ornamentos de aquel altar hermoso un poema escondido, un compás, un latido de aromas incoloros y una paz se sentía con tan solo mirarla. El perfil de su rostro me pareció una rosa de té, pálida y dulce, una suave armonía de texturas amables, de alas de mariposa dormían sus pestañas. Una clara gardenia se posaba en sus labios, inmaculado beso de perfumes alados se había quedado presa en sus palabras. La serenidad la vistió con sus tules, el suave chantilly de sus encajes, de sus rasos bordados, en doradas terminaciones que adornan su vestido.Dos ángeles la velan, la miran en silencio, esperando el momento para poder llevarla, conducirla, elevarla... Entre los blancos cirios y un perfume de nardos, en su silencio de claras sensaciones, de música que vuela sin romper la armonía, que pone entre sus notas adagios de poesía, que danzan entre el sueño y la noche callada.El domingo nos regaló la paz de su sonrisa, nos dejó contemplarla en su silencio pálido y sereno. En su sueño infinito que se muestra en la clara ternura de su faz, donde se ha derramado la belleza, donde se ha despertado una luz diminuta y titilante, como una blanca estrella en el de oscuro terciopelo del cielo. Torredonjimeno asiste cada año a su encuentro, a mirar en sus ojos la caricia de un sueño, a ver en esta imagen de la Virgen dormida una oración serena de claros corazones, una voz queda y dulce que parece escaparse en su último aliento, ese rumor de ángeles, ese tierno silencio... Entre los blancos cirios, ayer yo dibujaba mi poesía, para sentir el son de las palabras entre el blanco cantar de la armonía, que volaba entre el aroma dulce del incienso. Y en su silencio azul me sonreía.

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