Entre euforias y “ronquíos”

10 feb 2019 / 11:03 H.

Ahora que la cerveza Alcázar volverá a estar en el mercado, lo que ha supuesto un plus de autoestima, baste darse una vuelta por las redes, habría que aprovechar el tirón. No todos los días tenemos momentos álgidos. Nos los dio el fútbol sala, ahora el zumo de cebada. No estaría mal ponernos como objetivo envasar también nuestro oro líquido, a producirlo nadie nos gana, o al menos llegar a un 15% que, aunque pírrico, sería duplicar el envasado actual. Aunque conociendo el paño no sería de extrañar que nuestra cerveza no tuviese mercado entre nosotros; que cuando el Oliva Arena esté acabado no llenásemos sus gradas y que nuestro aceite se estancara en un 10% de envasado. Mucho hablamos de lo olvidados que nos tienen las administraciones y muy poco de lo olvidadizos, también cómodos, que somos los jiennenses. Así están las cosas en el infinito oasis colmado de olivos donde, de vez en cuando, la euforia nos desborda, quizá esa desbordante alegría no sea más que un velo, un filtro para evitar vernos con nitidez. Para dejar de ser la tierra del “ronquío”, toca dormir menos.