Entrada a la infancia
El otro día con el grupo de teatro, la profesora nos preguntó: ¿Cuán cerca vivís de vuestra infancia? ¿Pensáis en ella? O ¿está lejos? ¿Cómo llegáis? Yo propuse que, si es un pozo, se puede llegar usando una polea. ¿Con qué material está construida? Me preguntó. ¿Con recuerdos? respondí. También pienso que se podría alcanzar con sabores, como el de una galleta bañada en leche, o con un caramelo pegado a los dientes, y que no te deje hablar y siempre con todas las chucherías del mundo. O viendo una película de dibujos animados. O con lápices de colores pintando un camino hacia ese pozo. O con muecas poniendo cara fea y los ojos bizcos. O en el coche, autobús o tren apoyando la cabeza en la ventanilla, y al echar el aliento dibujar un garabato en el vaho. ¿Qué es la infancia? Es juego, risas, espontaneidad, libertad... Un tiempo sin medida de minutos y horas. La ilusión de esperar en Navidad ese juguete deseado. Incluso se puede acudir, con un santo y seña. A mí me funciona esta fórmula, que significa: fantástico, asombroso... y aunque suene extravagante, ¡raro y espantoso! Si lo dice con soltura sonará armonioso ¡Supercalifragilasticoespialidoso!