Encender bombillas

    20 mar 2022 / 16:47 H.
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    Las emociones guían nuestros actos. Cuando pagamos la factura de la luz nos acordamos del partido que subió los impuestos o del que privatizó un servicio tan esencial y, es en ese momento donde nuestros sentimientos buscan culpables pero, ¿es todo tan sencillo? Se han reducido impuestos relativos a la electricidad al igual que los beneficios de sectores ya amortizados cuyos gastos no habían aumentado como el sector hidroeléctrico. Sin embargo, las empresas que generan y distribuyen la electricidad conforman un oligopolio y el sistema de formación de precios, que seguimos por imperativo europeo, hace que el precio se fije por las energías cuyo valor es tan voluble como la decisión de un político. Si nos gusta el libre comercio ¿por qué soportar un monopolio fruto del intervencionismo estatal? Si preferimos una política menos liberal ¿por qué no reclamar a la Unión Europea un sistema de subasta energética que reduzca los beneficios empresariales (son el doble que en el resto de Europa) en favor del pueblo? La respuesta la tenemos todos, y si nuestra mente se alinea con nuestro corazón quizá podamos exigir soluciones además de respuestas.

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