En tiempos de escasez
En el título de la revista figuraba “No Time for future”. En la imagen una niña levantaba la mano señalando la esfera terrestre. Esta fue la imagen que me vino a la cabeza tratando de dar respuesta la pregunta que se hacía la periodista: Si competimos por bajar impuestos, “¿cómo se paga lo público? Sanidad, hospitales, medicamentos, Educación, dependencia, paro, carreteras, residencias, ayudas sociales ¿alguien me lo puede explicar?” Realmente era ponerle palabras a voces que nos decimos en soledad. El dinero no nace en la pared como cree un menor al ver a sus progenitores extraerlo del cajero. Sorprende que alguien tenga que realizar esta pregunta a la vista de los discursos que se proponen en nuestro contexto político, comparándolo con la reflexión que espero hicieran ayer día de la “Erradicación de la pobreza”, asesores y fundaciones que construyen los idearios para los partidos políticos. Habría que recordarles que la tan nombrada Constitución nos define como un Estado de bienestar que garantiza derechos sociales; incluso que tomen nota de la experiencia de la señora Truss. Erradicar es arrancar de raíz algo. En el marco de los acuerdos internacionales a través de la ONU, ya en los objetivos del milenio para el año 2000 estaba el objetivo de erradicar la pobreza extrema y el hambre. Situación que no se alcanzó y 20 años después figura como primer objetivo del desarrollo sostenible, el fin de la pobreza. No le echemos toda la culpa a Putin o la guerra. Esto es lo fácil, si bien se trata de un sesgo cognitivo, el de responsabilidad externa. Atribuimos la responsabilidad de nuestra conducta a agentes externos a nosotros. Claro que parece que esto no nos afecta. Si tomamos algún ejemplo de la situación en España, según Save the children la pobreza infantil en España ha subido a 33%, más de 8 puntos por encima de la media de la Unión europea. En las familias con niñas y niños en riesgo de exclusión el 54% no pueden asumir el coste de su crianza aun dedicando todos los ingresos. Las personas jubiladas se manifiestan porque mientras unas autonomías bajan impuestos las pensiones mínimas y no contributivas los mantienen como personas vulnerables. Los estudios de la fundación FAD demuestran que uno de cada tres jóvenes ha experimentado ideas suicidas. Jaén perderá 45.000 habitantes en 15 años. Andalucía la comunidad con más municipios pobres, ranking del que no se libra Jaén. Falta espacio para analizar con detalle las situaciones que se podrían exponer. No hay respuesta porque no cabe la pregunta. “Estamos sin tiempo para el futuro”. Debemos responder con justicia social para no perder de la memoria a quienes construyeron nuestro presente y ni romper compromisos con quienes vivirán el futuro. Se trata de solidaridad y equidad a través de los impuestos. Como indicó ayer el CIS el 71,2% de los españoles está a favor de que se paguen los mismos impuestos en toda España. Quizás debamos alzar la voz como ciudadanía usando los medios a nuestro alcance para no terminar por asfixiarla, para no acabar por expresarnos con un grito ahogado de desesperación como lo representó Munch en su obra “el grito”; una figura humana se retuerce con expresión desesperada, expresaba su vida atormentada. Una vida como la nuestra, el miedo a la exclusión como estado social y no querer caer en la vulnerabilidad como proceso vital impuesto.