En Hacienda (también) pintan

Hace décadas se publicitó que “Hacienda somos todos”. Pero la realidad se empeña en desmentirlo. Andorra, Suiza, las Islas Belice, Panamá, los papeles de Pandora... señalan a una élite de gestores de las instituciones, literatos, empresarios, deportistas, streamer, eméritos... que no pagan aquí los impuestos que le corresponden y esconden escandalosos fondos en paraísos fiscales. Burlan al Estado, estafan a la sociedad y cínicamente rectifican aquel lema publicitario: “Hacienda son casi todos. Nosotros, no”. Entre tanto, los funcionarios del fisco cumplen sus tareas recaudadoras y el resto de los ciudadanos hace posible con sus impuestos las inversiones públicas y sociales. En Jaén, una “hermandad de funcionarios de Hacienda” organiza Diversitas, una exposición de pintura y dibujo. ¿Dónde exponen? Naturalmente, en la sala de exposiciones del edificio que Moneo construyó para Banco de España. Allí destacan, por su impactante colorido, fantasiosos arabescos, sutileza del dibujo y ternura, los óleos de niña con perro que Sebastián Gallego intitula “Dos Pasos I” y “Dos pasos II”. Frente a ellos, acrílicos que muestran paisajes y marinas, con diferentes gamas cromáticas de amarillos, azules y rosas que, con matices líricos, construye Francisco Valenzuela. El estilo Carrillo quien mejor lo representa es J. Ruiz con “Mi primer coche” en que visualiza esos objetos abandonados en la naturaleza que despiertan la memoria realista. De Mari Carmen Mena nos quedamos con el acrílico “Danza”, que persigue el movimiento de figuras en un espacio indefinido. Los paisajes urbanos los apreciamos en acuarelas como “Sacre Coeur”, de París, en la que predominan los tonos grises, matizados por rosas, de Rafael Montoya; o en “Río Darro”, de Alfonso Malpartida, que ofrece perspectivas granadinas no exentas de romanticismo que combina con “raíces” de olivos jiennenses. Es gratificante que instituciones como el Ayuntamiento de Jaén ofrezca infraestructuras y recursos para iniciativas culturales, que las apoye papelería Rogelio Sánchez y que se creen colectivos como el de FuncionArt para compaginar horarios de oficina con impulsos de creatividad. A la ciudadanía le corresponde ser responsablemente solidaria con el pago de impuestos y disfrutar de la creación artística.