En busca del centro

    29 jun 2023 / 09:32 H.
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    Con la decisión de Ciudadanos de no concurrir a las elecciones del 23J se ha quedado huérfano el centro político. Ese ha sido otro eco de las municipales y autonómicas, la debacle de un partido liberal y centrado en el que ni todo es blanco ni todo negro, ni todo es conservadurismo a ultranza ni todo progresía sin sentido ni rumbo hacia donde se progresa. A los populares les ha funcionado el voto útil por el que ha optado el votante de centro. Lástima que tengamos esta ley electoral que lo favorece, porque en realidad ¿quién ocupa ese espacio? Nadie. A su caza se afanan los dos grandes partidos políticos con un tono comedido y propuestas que puedan parecer un giro y un guiño al centro político. Ahora en campaña, claro. Pura falacia, pues no lo han hecho cuando ha habido oportunidad de ese giro y se han echado en manos de los extremos. El resultado al que nos abocamos es un país con un espectro político más polarizado si cabe con la desaparición del centro y unos extremos suficientemente asentados y con ideologías diametralmente opuestas, además de unos nacionalismos con su nicho asegurado. La dificultad de alcanzar hoy en día mayorías absolutas y la cainita relación entre PP y PSOE, incapaces de alcanzar acuerdos de altas miras en asuntos claves de estado, nos conducen a gobiernos inclinados en un sesgo diáfano y alejado del centro, pues ahí esperan ansiosos esos extremos para asentar sus reales en el mismo, y los nacionalismos con exigencias imposibles desde la España del consenso del 78 y solo atendibles desde las tragaderas de un político al que solo le importe ocupar el poder a cualquier precio. Desde este punto de vista es muy loable la postura del PP de Barcelona dando sus votos al PSC para que el nacionalismo no siga cobrando vuelos o al menos lo sea en un grado moderado. Otro gallo nos cantaría si cundiera el ejemplo. En conclusión, ya sea resucitando Ciudadanos, acertado tanto en el nombre como en la ideología liberal y opuesta a los nacionalismos separatistas, o de nueva creación, España necesita un partido de centro potente sin sesgos preestablecidos, capaz de llegar a acuerdos a izquierda y derecha, que evite políticas extremistas, porque en esa España diversa pero unida en lo fundamental concurren muchos ciudadanos.

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