Empezar
de cero

    03 dic 2020 / 17:33 H.
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    Tengo a una amiga que le encanta Marte y a mí no. Tenemos un árbitro para llevarnos bien, es el escritor fascinado por el planeta rojo Ray Bradbury. Ella solo ve documentales de Marte. Yo leo novelas y viajo en frases por la geografía del mundo y descubro definiciones de libertad. En mi cerebro constela un universo de historias que acaban en una conversación o en papel. Ella quiere mudarse allí, anoto su rapidez de palabras, Marte tiene azules las puestas de sol y las nubes allí son amarillas, en Marte hay menos gravedad, así que saltas el triple que en la tierra, anoto sus ojipláticos ojos cuando quieres que a alguien le guste lo mismo que a ti. Pensé durante días en la dificultad de comparar la Tierra con Marte. Pensé en que yo puedo mirarme al espejo todos los días, pero cuando veo mi reflejo en otro, es cuando puedo aprender más de mi persona. Pero seguí en mi mundo de letras y aciertos de ortografía. Hasta que ella con los primeros pasaportes autorizados se mudó a Marte. Y me escribió desde allí. Ahora las palabras eran suyas y entonces nació en mi esa fascinación por ese planeta, entendí que un mundo nuevo, es una manera de empezar.

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