Emociones de verano

Lo más sencillo ahora en verano para las familias es tirar de campamentos, escuelas de verano, etcétera, para tener a los críos entretenidos. Pero la vida se compone de pequeños momentos, de planes que no tienen valor monetario pero que llevan consigo gran carga emocional. Permitir a los niños disfrutar de ellos en su infancia, puede ser una idea fantástica para ayudarles a crecer felices. Aprovecha las vacaciones de verano para ayudarles a aprender jugando un montón de cosas: el sentimiento de responsabilidad (recogiendo y colocando todos los juguetes), el de socializar y compañerismo (haciendo nuevas/os amigas/os o jugando con el agua) o enseñarles la importancia de la diversión gratis en la infancia: no hacen falta juguetes ni pantallas para pasar un rato perfecto en compañía de los mejores amigos. Te propongo algunos planes , por ejemplo: disfrutar del fresquito de las noches de verano, cocinar polos caseros, escribir un cuento de verano, hacer un castillo de arena, fabricar pulseras o colgantes con abalorios, recopilar flores en el campo y averiguar cómo se llama cada una, pedir deseos debajo de las estrellas, volar una cometa, buscar bichitos en las pozas o riachuelos, pintar en el suelo con tizas, aprenderse un poema de memoria. Todos son planes emocionantes y emocionales. ¡A disfrutar!