Elogio de las manos

    09 jul 2024 / 09:18 H.
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    He leído la última novela del extremeño Jesús Carrasco y su título, “Elogio de las manos”. Es una preciosa sencillez. La historia cuenta las peripecias de una familia para habilitar una vieja casa de pueblo cuyo destino final es la demolición a mayor gloria de la especulación inmobiliaria. Es una fábula de un mundo moderno globalizado que desdeña su pasado a cambio de la vorágine de lo inmediato, que no soporta la paciencia de las cosas hechas con la delicadeza manual, que vendió hace tiempo el comercio local a las multinacionales y a una forma de explotación de menor coste y calidad radicada en lejanos países orientales de cuyas miserias nadie quiere saber. En este viaje hacia la nada perdimos Ítaca y esa marca única de lo hecho a mano por los artesanos de antaño, de cuya habilidad nacían obras de arte lujosas o humildes surgidas de modelar la materia prima de lo telúrico, la noble madera, el poderoso metal, el humilde ladrillo, las preciosas gemas, el vidrio limpio, las telas coloridas mediante la habilidad de su savoir faire. Sin saberlo nos olvidamos de que siempre hemos tenido el arte al alcance de la mejor herramienta humana, las manos.



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