El tuerto del Banco Mundial

    31 ago 2020 / 17:10 H.
    Ver comentarios

    No resulta osado afirmar que cuando al Banco Mundial, durante el siglo XX, le llegaba un asunto en el que estuviese involucrada la provincia de Jaén, le tocaba siempre un experto tuerto, incluso sería correcto asegurar que era aparecer la palabra Jaén en un informe y directamente iba a la mesa del tuerto, no se sabe si el tarado ocular era un simple administrativo, un contable, un ingeniero o un bedel, el caso es que siempre estaba ahí.

    Hay dos proyectos que pudieron ser vitales para el desarrollo de nuestra provincia, ambos inconclusos, los dos abandonados porque el Banco Mundial, como mandaban los bancos antes y cuanto mandan ahora, decidió que para esta tierra todo era inviable, inasumible. Tras el gasto de una suma enorme de dinero, todo quedó en agua de borrajas, era mejor perder esa ingente cantidad antes que seguir y finalizar las obras. De aquellos dos grandes y esperanzadores proyectos, solo nos quedan vestigios, restos de un naufragio al que se nos llevó de manera premeditada. Siempre he afirmado que tuvo mucho que ver la decisión de la burguesía industrial del norte y los grandes terratenientes del sur. Si Jaén se abría paso en el panorama, ambos colectivos dejaban de tener mano de obra barata, cuando no esclava, mucha gente se habría arraigado aquí sin necesidad de ir a la emigración en las zonas industriales del norte, País Vasco y Cataluña, o buscar las migajas del señorito de turno, el dueño de la tierra jaenera.

    Me refiero a las inconclusas obras de dos trazados ferroviarios que hubiesen cambiado el panorama de una forma generalizada, el Linares Baeza - Utiel y el Marmolejo - Puertollano. Y es sumamente curioso, el primero llegó a tener las vías montadas hasta el límite provincial, allá por Albacete, y desde ahí hasta Linares Baeza el trazado y todas las infraestructuras finalizadas, incluidos todos los edificios de las estaciones. Así quedaron, en espera tan solo de montar la vía, por aquel tuerto al que me refería. En el Marmolejo a Puertollano se iniciaron las obras, explanación, túneles a ambos lados, de Puertollano hacia Jaén y desde Marmolejo hacia Ciudad Real, más de lo mismo, le preguntaron al tuerto de marras y otro proyecto al cajón.

    Y no es casual que el archivo definitivo de ambos expedientes, el cerrojazo, cuando no la bofetada a mano abierta y con toda crudeza, ocurriese en la década de los 60 del siglo pasado. Las autoridades franquistas eran plenamente conscientes que aquí en Jaén no habría ningún atisbo de contestación social, y lo que es peor, de la poca burguesía existente, tan adicta al Régimen que ni respiró. Mientras qué, desde las estaciones de Jaén, Jódar, Linares Baeza salían miles de personas rumbo al norte, sueños se desmoronaban en una provincia que pudo ser y jamás lo consiguió por culpa de un tuerto, que ayudado por el silencia cómplice de los de siempre, mantuvieron la provincia en la tercera división. Y en tercera seguimos, produciendo mucho aceite que otros se llevan, en camiones, para sacarle todo su jugo.

    Y en el año 1992 se ve que había por ahí alguien de corta visión, o quizá demasiado visionario, y terminó por rematar al tren, y con el ferrocarril a Jaén, pero eso es cosa de otro momento.

    Ahora, para medio contentarnos, el miope de turno nos vende las bondades, las posibilidades que tenemos en vías verdes para pasear. Siempre contesto lo mismo, para andar solo hay que tener ganas, veredas siempre hubo y habrá, las vías, ciertas vías, eran para que pasaran trenes.

    Qué manía le tengo al tuerto que se le ocurrió mirarnos.

    Articulistas