El tren de la bruja

30 oct 2024 / 08:59 H.
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Lo tiene muy claro. Jaén para este Halloween se está preparando un disfraz con temática ferroviaria. Y es que tiene por las noches pesadillas con raíles y locomotoras y necesita exorcizar sus fantasmas de alguna manera. Para inspirarse ha devorado estos días un montón de películas de esa temática: El tren del terror, Pánico en el Transiberiano o Tren a Busan. Pero no se siente identificada con ninguna de ellas, le resultan ajenas y no reflejan bien la naturaleza de sus terrores nocturnos. Que en realidad, también son diurnos. Y es que la pobre Jaén lo pasa muy mal cada vez que tiene que viajar a alguno de los escasos destinos con los que Renfe le permite contactar de un modo directo.

Más allá de que la priven de disfrutar de la alta velocidad, cada viaje supone, para ella, un cúmulo de dificultades. Primero resulta sumamente complicado conseguir plaza para determinadas fechas. Y cuando consigue asiento, sucede a menudo que su convoy acumula retrasos u otras incidencias. Y además en los viajes con destino a Madrid, en la estación de Atocha, a la hora de volver, sufre de estrés, puesto que hasta el último minuto no se anuncia la vía en la que parará el convoy una brevísima pausa, en la que los numerosos pasajeros tienen que competir en unas estrechas escaleras para llegar a tiempo al andén correspondiente. La pobre Jaén siente sudores fríos al recordar que años atrás, cuando todavía sus hijos eran pequeños, tenía gravísimas dificultades para llegar con el carrito de bebe plegado, un niño en brazos y el otro de la mano, entre carreras y empujones por la atestada y estrecha escalera. ¡Qué malos ratos! No es de extrañar que la pobre Jaén esté un tanto traumatizada.

Y el caso es que Jaén siempre ha sentido gran atracción por el mundo de los trenes. Es un amor no correspondido, ciertamente, pero ella le ha tenido de siempre tanta fe al ferrocarril que incluso bautizó su principal vía urbana con el nombre de Paseo de la Estación. A Jaén le encanta moverse, asomarse afuera, tener una buena puerta de entrada para recibir visitantes, pero no hay manera. La estación de penitencia de Jaén, no es como las de otras ciudades. A pesar de haber sido durante toda su historia un cruce de direcciones, Jaén es última parada. No hay más allá. Nadie circula de paso por ella. Todos los trayectos ferroviarios mueren en Jaén. Y es difícil de entender, porque siempre ha sido lugar de tránsito. La lógica geográfica la ha colocado en una encrucijada de caminos, pero la sinrazón ferroviaria la ha convertido en vía muerta.

Sin embargo, Jaén quiere salir de su túnel. Desea dejar todos esos temores atrás, y por eso continúa dándole vueltas a su disfraz ferroviario de Halloween. Y por fin ha encontrado su fuente de inspiración: El tren de la bruja. Eso sí que cuadra con nuestra historia. Una pequeña estación de un lento tren zigzagueante que no para de darnos sustos y escobazos. De hecho, hace unos días escuchó un rumor terrible.

Alguien insinuó que durante el año 2025, ella, la pobre Jaén, se quedaría sin trenes, como consecuencia de las obras de otra línea ferroviaria. ¿Una nueva pesadilla hecha realidad? Esperemos que este nuevo terror nocturno (y diurno) se desvanezca y que la pobre Jaén no se vea relegada a tener que acoger una siniestra estación fantasma.



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