Bendición o maldición

    02 may 2021 / 15:09 H.
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    Cuenta la biblia que en los albores de la humanidad Dios castigó al primer hombre con el esfuerzo y el trabajo: “ Comerás tu pan con el sudor de tu frente”. Ese castigo se ha ido convirtiendo a lo largo de la historia en una bendición, que se lo pregunten hoy día a cualquier persona desempleada o parada si quiere trabajar. Hubo épocas en que el trabajo se veía como propio de clases inferiores o de servidumbre, pero cualquier persona, hombre y mujer, ha evolucionado mundialmente en la valoración del trabajo, no solo como fuente económica para vivir, sino como libertad, humanización, socialización, esfuerzo en definitiva una bendición. Ahora que ya se empieza a notar las causas económicas de esta pandemia me preocupa la repercusión en tantas familias de la pérdida y destrucción de empleo. Después de la sanidad lo más importante es el trabajo, ya que conduce a una profunda humanización de la persona, se contribuye a la sociedad y al bien común y se transforma el mundo haciéndolo más humano, servicial y perfeccionando la obra del creador. “ A mi trabajo acudo, con mi dinero pago” decía Antonio Machado, una frase que expresa muy bien la responsabilidad y la honestidad que todo ser humano, hombre y mujer tiene derecho para darle sentido pleno a esta existencia.

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