El terror autocrático

08 mar 2022 / 16:55 H.
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Baje lentamente las escaleras del bus. Me quedé inmóvil. Me bloqueaba pensar en la trascendencia que el lugar había tenido para la vida de todas las personas. El resto de acompañantes deambulaban haciéndose fotos sin parar con el fin de lograrla junto al militar con su “ushanka” en la entrada del mausoleo de Lenin. Cuantas decisiones de poder se pudieron tomar allí y había quedado como decorado para fotos. Su finalidad siempre fue la de crear terror a través de desfiles militares”. Las guerras nacen en la mente de los hombres, y es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”. Este es el primer párrafo del acta constitutiva de la Unesco como compromiso de gobiernos y pueblos en 1945. Los seres humanos tenemos la necesidad de simplificar lo que vemos para entender. Lo fácil es decir que Putin o cualquier otro dictador está loco. Puede ser egocéntrico y distorsionar su autoimagen. Decir de alguien con intereses distintos de entender la sociedad que está loco es dar la razón a Stalin cuando a todo disidente lo internaba en un psiquiátrico, y sobre todo no ver lo que realmente pasa. Su estrategia va mas allá de invadir Ucrania. Putin no entiende por qué no se somete con solo mostrar sus armas. Y ¿por qué nos entrometemos? Ucrania es su “patio de atrás” y debe hacer lo que él diga, al igual que otros “patios de atrás” que tienen las potencias y nadie interfiere en sus políticas y modos de tratarlos. Cuba para Estados Unidos, Palestina para Israel, entre otros... Realmente su fin es desarrollar un nuevo modelo de relación mundial. Un autócrata solo puede negociar con iguales. Su actual fase es la guerra convencional dándoles el papel que sus militares le reclaman en este orden. Putin sigue aplicando los métodos en los que se educó en la KGB y los militares son un estamento al que tener de su parte. No invaden, están construyendo un estado. De la fase anterior de su estrategia solo sentimos sus efectos como resultado de apoyar acciones interfiriendo desde las redes y otros medios a fomentar opciones políticas contrarias a la democracia y la Unión Europea aprovechando la propia libertad para lograr representación de autócratas en los parlamentos incluido Estados Unidos. El fin es debilitar a la Europa democrática mientras intenta reactivar su economía tras la pandemia y la crisis del 2008, optando por la guerra armada localizada como modo de terror psicológico. Es miedo y la amenaza que genera incertidumbre y destruye la autoestima. La única reacción posible es la solidaridad. No veo a las grandes empresas y sus accionistas ayudando, siguen acumulando valor en la crisis. No se ve interés en reducir sus ganancias para que no se dispare el precio de la energía. No parecen entender qué es responsabilidad social. Nos plantean los gobiernos europeos que se avecina un tiempo duro con sacrificios. ¿Por qué siempre son las mismas personas las que han de asumir un agujero mas en el cinturón? ¿Por qué siempre se le exige silencio a la misma ciudadanía, aquí o en Rusia? En un día como hoy habrá que repensar que las guerras nacen en la mente de los hombres para comprobar que quizás
nos eduquen como hombres en la cultura del terror psicológico. “Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz. La gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier guerra”, María Montessori.

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