El Teatro Darymelia

Parte del antiguo Palacio del Condestable, albergó allá por los años 20 la construcción del teatro más antiguo que nos queda en Jaén tras el derribo del Cervantes. Tras una discutible remodelación, su pequeño escenario no pudo dar cabida a grandes montajes que actualmente se precisan para obras de teatro y musicales, por lo que se decidió construir el Infanta Leonor (al que yo hubiera bautizado como Maestro Cebrián) con unas características más acordes a los tiempos actuales. Pero el Darymelia tiene un encanto que no tiene el Infanta. En febrero, huele a Carnaval. No es el Falla, pero para los que amamos esta fiesta, es nuestro templo donde los acordes de las guitarras se mezclan con voces y confetis para cantar un pasodoble a la ciudad que lo vio nacer y que vio morir al Teatro Norte, al Asuán o al Cervantes. Desde su privilegiada ubicación, lo mismo es testigo de un pasacalles de Carnaval, como del paso de Jesús en el Viernes Santo jaenero, mientras de reojo mira la suerte que corrieron sus hermanos y pide, mirando a la cruz que desde el cerro de Santa Catalina parece acariciar, que la piqueta que tanto mal ha hecho en esta ciudad, no haga que dentro de unos años, el Darymelia sea otro recuerdo más.