El sentido arácnido

    29 may 2024 / 10:37 H.
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    Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Esto lo sabía muy bien nuestro amigo y vecino Peter Parker. Y que nunca debe ser utilizado en perjuicio de nadie. Por eso, el héroe, a pesar de su asombroso sentido arácnido, no abusa del prójimo, sino que se dedica a ayudarle. Necesitamos una especie de “Academia del tío Ben”, donde algunos de nuestros más poderosos políticos, a los que la educación no les viene de cuna, tomen clases de empatía y conciencia social. Donde desarrollen su particular sentido arácnido que les advierta cuando rocen los límites, éticos y temporales, del poder. Donde aprendan que ha de emplearse con responsabilidad y honestidad. Que el trabajo se cumple, que el dinero público es de todos, no de nadie. Y que la verdad, como dijo Jesucristo, te hará libre. O preso, según se trate. Por eso, si tu vocación no es de servicio público, sino propio, si no te vas a entregar y a sacrificar por tu país, si vas a crear conflictos en vez de resolverlos, abstente de ejercerlo y dedícate a otra cosa: a la construcción, al alambre... O pon una ferretería, o una sauna, y paga autónomos. Sólo entonces entenderás la bajeza que supone reírse del prójimo, que la gente buena se cansa de serlo. Que la mentira y la manipulación se pagan... Y muy caro.



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