El senderista loco

    24 ene 2022 / 16:46 H.
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    Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como una ventana llena de sol” (Federico García Lorca) y cuando uno conoce a Miguel Ángel Cañada Castellano, surge la necesidad imperiosa de asomarse a su ventana. Miguel Ángel es un poeta que canta, cuenta cuentos y recita, o hace las tres cosas a la vez, y ahí es cuando el poeta que es él, se sobre eleva a la persona que lo contiene, y muestra su esencia como un estallido de luz. La primera vez que lo divisé entre una multitud, se levantó pausado, reservado como es él, avanzó sin prisa, se situó delante del micrófono y, tras una presentación austera que no le hizo justicia alguna, dijo que él prefería cantar. Entonó suave una nana, con un tono de voz que absorbió la atención de todos, escaló por las paredes de piedra y creó una atmósfera de la que uno difícilmente quiere salir. La poesía de Cañada es templada, de palabra justa y bien medida, como ya dejó constancia en su libro “La leyenda de Lexy”. Sus poemas alcanzan, de forma certera, el corazón humano. Él habla de la vida vivida, del amor entre las manos y de la nostalgia capaz de reventarte el cuerpo cualquier buena tarde de otoño. El senderista loco, como él mismo se apoda, tiene mil historias que contar y mil caminos que recorrer. Escúchenlo y síganlo.

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