A Don Juan Carlos

Permítame dirigirme a S.M. como un humilde oficial que soy a quien ha sido su Capitán General de los Ejércitos. Muchos son los correveidiles que se escuchan sobre su persona, demasiados en crítica feroz que este subordinado suyo no puede dejar pasar por alto. Es deber de todo militar, siempre que tenga fundamento y pueda hacerlo, defender la honra y el honor de sus superiores. Pues bien, yo creo tener fundamento al decir que SM es la persona más notable que ha tenido España desde que llegó a la Jefatura del Estado. A casi todo el mundo democrático se le ha olvidado que tuvo en sus manos el poder de un monarca absoluto, pues así lo heredó de Franco, y, sin embargo, con la Constitución lo cedió al pueblo, haciendo así ejemplar para el mundo la transición. También han olvidado casi todos que gracias a su intervención directa como capitán general, SM detuvo la vuelta al antiguo régimen que propiciaba el 23F. Igualmente olvidamos que ha sido SM el mejor embajador de España en el orbe entero. Pero ahora, sin sentencia o resolución alguna, por la sola palabra de los insidiosos y las rameras, España parece condenarle sin perdón, y esto, este humilde oficial no lo puede consentir. ¡Viva el Rey!