El reino de las mentiras

31 oct 2018 / 12:35 H.

Creíamos que el futuro (con sus adelantos) nos traería la verdad, pero la cruda realidad nos muestra lo contrario: nos damos cuenta de que vivimos en el reino de la mentira, siendo ella moneda de curso legal en nuestra sociedad actual y comprobando que hay poca gente que se dé cuenta de ello y reaccione. ¡Nos vale más una bonita mentira que una cruda verdad! Cada grupo, partido, religión... va lanzando sus proclamas para que nosotros, ciudadanos democráticos de a pie, nos creamos importantes porque vamos a votar cada cuatro años; pero, a su vez, nos sintamos engañados al descubrir que para averiguar la verdad es necesario hacer un trabajo titánico.

De pensar (ilusamente) que la verdad iba a surgir por generación espontánea en nuestra sociedad, conciencia y/o comportamiento, hemos pasado al extremo opuesto. La premonición de George Orwell, en su novela “1984”, con el gran hermano vigilándonos constantemente, ha sido encarnado por el móvil y los medios de comunicación de masas para que, como la droga, te sirvas, te enredes y te lo creas todo, haciéndote un batiburrillo del que se aprovechará cualquier líder espabilado. Éste es el negro panorama que nos acompaña y el que estamos enseñando y transmitiendo a las nuevas generaciones: el individuo que tiene más cara y es echado para adelante conquistará más metas y se lo llevará todo; a no ser que se tope, en el camino de su adolescencia, con la droga, las malas compañías o cualquier otro obstáculo que le haga caer en el abismo del que no podrá levantarse más en toda su vida pues habrá sucumbido en el auténtico reino de la mentira.

Todo ello no es, ni más ni menos, que producto de la falta de valores que esta nueva sociedad nos está mostrando. Si nuestros cimientos son falsos y engañosos, incluso reinventando nuestra propia historia personal o colectiva, ¿qué edificio sólido podemos construir que tenga solvencia y futuro con estos materiales tan inapropiados?

¡La verdad nos hará libres; la mentira, esclavos!