El rating tributario

En el mes de diciembre, por este mismo medio, expresaba mi preocupación por el cambio normativo desarrollado en la Ley General Tributaria, respecto al artículo 65, al incluir como inadmisión, por dejar de ser aplazables, entre otras, las deudas tributarias derivadas de las liquidaciones periódicas del IVA mientras no se demostrara el cobro de la cuota repercutida. Menos mal que el Departamento de Recaudación de la Agencia Tributaria, ha hecho una interpretación generosa y permite, mediante resolución automatizada masiva, la gestión de aplazamientos por debajo de 30.000 euros acumulados al día de la solicitud. Y de paso no tienen que acreditar dificultades transitorias de tesorería ni la ausencia de los cobros del IVA repercutido. Pero si sobrepasan dicho importe, la metodología de estudio de la solicitud es muy similar a la que realiza un analista de riesgos en un banco. Además de la documentación que reglamentaria y obligatoriamente hay que presentar, se suma la que el órgano competente puede requerir de manera complementaria, en virtud del artículo 46.7 del reglamento de Recaudación, y su no aportación puede ser causa de denegación. Se analizará su situación financiera, las garantías aportadas en cuanto a su suficiencia económica, jurídica e idoneidad, el histórico de cumplimiento del obligado tributario. Antes de resolver se le podrán solicitar garantías adicionales e incluso adoptar medidas cautelares, como permite el artículo 81.5. La Agencia Tributaria, al analizar la capacidad para extinguir la deuda tributaria con el aplazamiento, se asemeja a una entidad financiera. Con la gran diferencia de que Hacienda cuenta con mayores recursos para obtener información de los obligados a suministrarla, a través del artículo 93. Por ejemplo, podría pedir a los bancos los estados financieros provisionales de las empresas, o a Asnef y a RAI la situación de impagados. Ya solo faltaría que clasificara al obligado tributario mediante herramientas estadísticas de rating, pudiendo automatizar más el proceso.