¿El poder viene de Dios?

    30 sep 2022 / 15:17 H.
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    El poder es el poder y quien aspira a él es porque le es tan atractivo que hasta le resulta erótico. Que los demás hagan lo que yo decido debe tener ese morbo. Y para conseguirlo se buscan los fundamentos que hagan falta: por contrato, por imposición de las armas o porque viene de Dios. Así el monarca o el dictador es un fiel cumplidor de las normas divinas interpretadas por los sacerdotes o ministros oficiales y obliga a todos los demás a su cumplimiento con la violencia que sea necesaria. Ahí tenemos el ejemplo de Irán. El sistema político, teocrático, no puede ponerse en tela de juicio y las normas morales no deben violarse. Normas dictadas por los intérpretes del Corán. Las protestas de los hombres contra el sistema y la de las mujeres, por la muerte de una joven por enseñar el cabello más allá de lo permitido, han desatado manifestaciones contundentes y su represión violenta. Y todo en nombre de Alá. No sé si esas decisiones entran dentro de “no tomar el nombre de dios en vano” de los Mandamientos judíos. Pero seguro que tiene poco que ver con la divinidad. Es una interpretación de parte interesada en el poder. Política y religión deben ir separadas. Al César lo que es del César, ya lo dijo el Cristo. Se ve que las normas y los principios se toman a conveniencia.

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