El poder del odio

    10 dic 2021 / 16:37 H.
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    Solo tenemos que asomarnos a las redes sociales para darnos cuenta del poder que tienen el odio y el rencor en nuestra sociedad. Ante cualquier comentario, por inocente que parezca, siempre hay alguien que entra al trapo, que insulta y arrastra por el fango a la otra persona. En aplicaciones como Twitter estos comportamientos están a la orden del día, mucha veces, tras la impunidad que proporciona el anonimato. Otras, a cara descubierta, dispuestos a hacer daño a todo aquel que piense de una forma distinta, con el abierto deseo de aniquilar al contrario. Los programas de televisión también contribuyen a este ambiente enrarecido, no es raro ver como los contertulios se degradan entre ellos. Aunque, qué podemos esperar, si los primeros en despedazarse son nuestros representantes políticos. Es cierto que no es un mal nuevo, que el miedo al diferente se viene transformando en repulsa a lo largo de los tiempos, pero en los últimos años ha tomado unas dimensiones peligrosas. Está en manos de todos poner freno a esta escalada de violencia verbal que nos llega desde tantos frentes; es tiempo de sosegarnos, de escuchar lo que nuestro adversario nos quiera contar y de responder con argumentos, no con insultos. Podría ser un buen propósito de año nuevo, que odiar no trae cuenta, se desperdicia demasiada energía en ello.

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