El plástico, la vil plaga

15 sep 2019 / 11:09 H.

En plena ofensiva contra el uso de los plásticos, yo, concienciado, voy a realizar la compra al supermercado con mi bolsa de papel. Tras el paso por los diferentes pasillos vuelvo al punto de entrada con mi carro cargado, hecho de plástico, y paso por caja. Reconozco que me sentí “gilipollas”, sin eufemismos. Salvo dos latas de conserva, el resto de productos, todos sin excepción, llevan plástico. La fruta, la verdura y el pescado venían envasados en una bolsa, la leche en botella plástica, las cervezas anilladas con una especie de bridas plásticas. Se ha legislado para evitar la proliferación de las bolsas de un solo uso, se hace pagar por ellas para intentar concienciar y evitar su utilización y, paradójicamente, casi el 100% de lo que hay en los estantes lleva este material. Lo dicho, cuando pago, por cierto con una tarjeta plástica, mi cara de bobo no tiene precio. Entiendo que muchos ciudadanos piensen que lo de pagar las bolsas solo sea un negocio visto lo visto. Hay mucho de concienciar, sin duda, pero legislar es prioritario, prohibir ciertos envasados es esencial.