El planazo

La política es el arte de gestionar los recursos ajenos con la capacidad de contentar a la mayor parte de tus posibles votantes, pero en esa definición no aparece la verdad como indispensable. España, esa que estuvo hace más de medio siglo dividida y se cohesionó, gracias a aquellos que ahora caen ausentes de manos familiares para cerrarles los ojos, de nuevo está rota. Dentro de unos años, se analizarán las razones. Usarán hemerotecas, y algunos se avergonzarán; ya las usamos, pero parece que no la tienen. Querían crispación para lograr el tan ansiado trono esos mismos que ahora piden calma y lealtad, y se la piden a los leales, esos gatitos, que solo dicen sí, de momento; se la solicitan a los que cuestionan si el, por lo visto, único plan A, es mejor que cualquier otra letra de cualquier abecedario del mundo. En otra realidad paralela, pero bien distinta, los ciudadanos, confinados en casa, sin ser testeados, sin poder trabajar pero aplaudiendo, eso sí, a esos héroes anónimos con nombres que luchan con pundonor pero sin armas, en la primera línea de batalla (parafraseando al presi), nos preguntamos si existe el tal plan A o se ha puesto en práctica. Ya no sabemos si las mascarillas de los test que compró el bulo en China es un fake de Alemania que Trump ha lanzado con lejía al espíritu monitorizado del norcoreano...