El peligro de la guerra

    02 dic 2024 / 09:03 H.
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    Hoy se escucha el rugir de los leones que controlan el mundo amenazando unos y otros a la población civil (que es lo que a fin de cuentas se hace), aunque digan que a quien se enfrentan es al enemigo que está en los palacios presidenciales y en las unidades militares. Porque luego llegan los muertos civiles inocentes todos. Y luego están los héroes, los soldados, y sus jefes, que arma en mano se juegan literalmente la vida por defender a esa población civil. Y luego los héroes muertos, soldados a los que con justicia se les homenajeará con solemnes palabras que son la pura verdad: “Lo demandó el honor y obedecieron, los requirió el deber y lo acataron; con su sangre la empresa rubricaron, con su esfuerzo la Patria engrandecieron. Fueron grandes y fuertes, porque fueron fieles al juramento que empeñaron. Por eso, como valientes lucharon, y como héroes murieron. Por la Patria morir fue su destino, querer a España, su pasión eterna, servir en los Ejércitos, su vocación y sino. No quisieron servir a otra Bandera, no quisieron andar otro camino, no supieron vivir de otra manera”. Pues estas palabras, que adornan el pecho de los soldados, hacen más grande aún si cabe el honor de la milicia.

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