El magnetismo de la imagen

18 abr 2016 / 12:18 H.

Bajaban del barrio del “Tomillo”, Puente de Santa Ana, venían desde La Magdalena, San Juan, El Arrabalejo o los bulevares. Jaén, este año, ha estado mucho más con sus procesiones y, particularmente, atraída por “El Abuelo”. De acuerdo que es la fe, la devoción la que mueve este fervor cristiano mas, creo que otra mayoría siente la tradición, sostiene los recuerdos que se reavivan generación tras generación. Los agnósticos dicen que sólo son mitos —también las fotografías de unos nietos, por ejemplo, conmueven a sus abuelos, o las pinturas rupestres simbolizan los animales, la caza que necesitaban—. Familias completas han llegado desde las caserías llevadas del impulso de su fe o del magnetismo que ejerce esa Imagen perfecta, de leyenda popular, idealizada, renovada desde la niñez siguiendo sus creencias o el subconsciente colectivo. Este fenómeno humano se repite desde 1596 en que se fundó la Cofradía, en la ermita de San Juan y desde 1625 en la capilla o camarín de Jesús.