El latrocinio

    12 dic 2019 / 11:01 H.
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    Mi generación debió ser la última que escribió cartas. Yo siempre las adornaba con algún poemilla para el destinatario. Salvo una vez. Fue para cortar con un noviete. Le planté la lista de los reyes godos y me dijo que era lo más cruel que le habían hecho en su vida; era joven. Ahora solo nos mandan cartas los bancos. Se empeñan en incluir una especie de lista de reyes godos pero con números que casi siempre juegan a su favor. Sin embargo no nos explican por qué no devuelven los más de 51.000 millones de euros de fondos públicos de su rescate. En EE UU los bancos sí han pagado el dinero que les prestó el Gobierno durante la crisis. En España ni siquiera sabemos con qué procedimiento se les dio. ¿Fue un préstamo a fondo perdido en contra de la ley de competencia desleal? ¿Fue una subvención directa, sin concurrencia, saltándose la ley concursal? El dinero que nunca será recuperado es ochenta y cinco veces la cantidad que durante diez años recibieron los obreros que iban al paro en Andalucía por la quiebra de sus empresas. Que para los bancos no se exija el mismo nivel de control sobre el dinero público que para los trabajadores, a “esta que lo es” sí que le parece cruel.

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