El favor de Dios

Después de que los musulmanes ocuparan casi toda la península, se alzó don Pelayo, que con el estandarte católico comenzó la reconquista en el siglo VIII. Desde entonces, los reyes y su nobleza fueron poco a poco expulsando a los invasores hasta conseguir recobrar la totalidad de la Hispania romana, llegando, en 1492, a un punto clave de la historia, la evangelización de las Américas. Los reyes ofrecían sus conquistas a Dios, y Dios respondía con su expansión desde Asturias hasta la práctica totalidad del continente americano. Pero, actualmente, a casi todos los españoles se nos ha olvidado lo que es “el favor de Dios”. Nos han convencido, cuan eficacísimo artificio de Satanás, de que el Dios católico no nos hace falta para vivir, incurriendo con ello en una carencia de referente moral al perder de vista las Leyes de Dios. Por eso existe, a mi juicio, la corrupción que hay en España en todas las Administraciones, porque ya no nos acordamos de Dios, lo que inevitablemente trae esta lacra que se esparce como veneno infecto, por culpa de demasiados, en el tuétano de nuestro reino, el mismo veneno infecto que ha entrado en la Iglesia deformando su doctrina. Con todos mis respetos.