El estrés de la Navidad

Inmersos en un periodo vacacional escolar, los niños pueden verse sometidos a momentos de estrés, berrinches y picos de ansiedad. Para minimizar ese impacto negativo en nuestros jóvenes hay varias técnicas: evitar ir con niños a realizar las compras navideñas ya que los centros comerciales están llenos de gente y confusión estos días. Esta es una fuente de gran estrés y aburrimiento para el pequeño; pero si no nos queda otra opción que llevarlos, deberíamos elegir los momentos menos caóticos y asignarle una pequeña tarea como que nos notifique cuando vea una sudadera naranja para regalar a su tito o, si es mayor, hacerle partícipe dejándole elegir algunos regalitos para primos o amigos. Estas estrategias se utilizan para establecer complicidad con nosotros y le haremos sentir importante en lo que elige y desea. Esto debe hacerse enseñándoles que no pueden comprar todo lo que quiere y que necesita aprender el arte de esperar y la capacidad de tolerar el aplazamiento de una satisfacción del impulso. Aunque a veces somos nosotros mismos quien contagiamos, de manera indirecta, ese estrés a los niños que aún no son capaces de gestionarlo igual que los adultos; es por ello que debemos ser su ejemplo de alegría y paz real y sosegada para aprender a disfrutar de todos los momentos.