El eclipse de Dios

    15 jun 2022 / 16:00 H.
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    Iglesia franciscana del Arenal de Mallorca, un fraile habla en la homilía del “eclipse de Dios”; la imagen es perfecta, Dios es siempre el mismo, si cambia la percepción que de Él tengamos es porque algo lo oculta a nuestros ojos del alma e impide la visión. El concepto no es nuevo, en 1952 Martin Buber, filósofo judío, titula así su famoso libro y Ortega lo utiliza en algún artículo; más recientemente, José Ramón Ayllón lo relaciona con el agnosticismo o la reducción de los creyentes; otros derivan el concepto al “eclipse de la Iglesia” y el Papa Benedicto razona que “el eclipse de Dios supone el eclipse del pecado” pues “la sombra solo aparece si hay sol”. El problema está, evidentemente, en el hombre; Dios no necesita ser visto para existir, es la humanidad la que se aleja y no ve o no lo percibe al impedirlo otro objeto. Es la crisis de la religión, de la Iglesia, que reconoce la drástica caída en la práctica sacramental, mientras le crecen las demandas asistenciales; crisis de la sociedad; si en España este año se han registrado más mascotas que niños han nacido, si prima la eutanasia y el aborto, algo falla; hemos convertido al propio hombre en ídolo y nos impide ver a Dios.

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