El día de la ignominia

Que la clase política, en general (no se me enfaden los que saben que no va por ellos), ha tocado fondo, lo saben, y sobre todo allí, hasta en Waterloo. En esa mansión de 500 metros que pagamos los españoles para que don flequillo/hachazo, mangonee España con el beneplácito de la izquierda servil y aborregada. Porque hay otra, que tiene vergüenza, que no contundencia, que no, no mama, que gritaría Freddie. Ojalá sacaran la dignidad y se opusieran al desagravio y afrentas mas bochornosos en la histérica historia de España. Y mira que hay para libros. Lo peor son los palmeros de Pedro I El Mentiroso, que, cuales focas amaestradas, vociferan contra la posible llegada del lobo cuando van devorando la fauna, y hasta flora, ibéricas, por tal de sillonear en el Falcon. Loritos de circo. Blanqueados por el equipo de opinión sincronizada (con permiso, maestro Herrera), que, subvención mediante, justifican cualquier decisión injustificable por tal de que no llegue ese lobo el cual está quedando como único posible salvador activo. Futuro gobierno. Sin adjetivo calificativos despectivos habéis dejado el diccionario con todo eso que negabais 2 días con chulesca altanería. Acusando a quienes os acusaban de mentir mientras mentíais. ¿O era cambiar de opinión?