El crecimiento no es todo

Debemos centrar nuestro esfuerzo en establecer una política basada en una mas justa redistribución de rentas así como en incrementar la inversión en la creación de empresas nacionales —de nuevas tecnológicas, ecológicas y medio ambiente— que en preocuparnos por una disminución del crecimiento. El Estado debe invertir en investigación privada y pública, siendo las universidades el pilar fundamental en esta política, sobre ponderando en la financiación a las que apuesten por este tipo de investigación y por los éxitos conseguidos. Si tomamos esta dirección evitaremos el peligro de seguir siendo una economía con poco poder de reacción ante cualquier crisis que se presente. Sino redistribuimos las rentas y los crecimientos los acaparan unos pocos, el consumo irá encaminado a productos de importación que incrementan nuestro déficit comercial y a necesitar la entrada de capitales especulativos extranjeros. No es lo mismo tener la sede de una empresa en tu país que una delegación de una multinacional extranjera. Ahora mismo gran parte de nuestro tejido industrial depende más de decisiones extranjeras que de decisiones nacionales, por ejemplo, el sector automovilístico.