El circo nacional

    26 ago 2024 / 09:52 H.
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    Si la realidad se muestra primero como tragedia, más tarde terminará como algo cómico, por ello, más allá del ridículo internacional, con el tema de Puigdemont y su huida, se ha escenificado una tira cómica que hace que el personaje sea, al final de cuentas, hasta un payasete más en tiempos de corrección política. Claro que es más complejo y propongo algunas claves explicativas: que la política catalana pasa primero por la independencia, además en este sentido hay demasiados pactos en Madrid como para que esto fuera una simple detención. Segundo, que estas cosas se ven como raras en el resto de España, que no ven la payasada y sí sospechan que aquí hay gato encerrado, nunca mejor dicho. Y tercero, y lo más importante, que es obvio que todo esto es una enorme sinfonía, perfectamente orquestada, para llegar a un grado que podríamos decir de proto-autonomía. ¿Era necesario todo esto para volver a llegar al punto de partida? Si, es imprescindible para tener un relato propio, una gran épica, cosa que al final comparte la extrema derecha madrileña y la derecha catalana, y que aunque sea cómico, es el fundamento de todo nacionalismo. Lo triste es que crean que España es un circo de tres pistas. Aunque a veces yo también lo creo.



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