El ciclista

    03 sep 2023 / 09:26 H.
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    Septiembre escribe su inicial en las viejas carreteras de montaña. Cuando el ciclista aún no ha comenzado la ascensión que lo conducirá a lo alto, lleva todavía pegado a sus piernas todo lo que el verano dejó sin atar sobre las camas ya frías de las casas de hospedaje, la luz clorada de las tardes que con mínima parafernalia sostuvieron hasta bien entrada la noche nuestra puesta al día con amigos o hermanos. Las rampas, ay, redoblan el esfuerzo y la cadencia obliga a soltar de la memoria nombres y preguntas y aquella tertulia televisiva con el modus operandi del descuartizador de nubes. La pendiente acelera la sístole con que el corazón se revuelve contra el correaje de sus malos hábitos y rompe a sudar en la garganta el agitado cordón de esta España quirúrgica y agónica que nace repetida cada noche electoral. No pienses, respira. Toda la musculatura pone ya su azúcar al servicio de la cima. El ciclista se ha quedado sin recuerdos. La arboleda atiza con su petricor las pedaladas del inquilino dispuesto a coronar. “En este casino hay que fumar tabaco que no deje rastro en la camisa”, le han dicho al oído a un tal Rubiales. Pero de eso, bajo la apnea del cielo, ni saben ni contestan los buenos escaladores.

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