El chándal, el ajo y la moda

Sabían que la palabra chándal procede de la expresión “marchand d’ail”, que significa vendedor de ajos? Pues sí, y se refiere al tipo de jersey que vestían a finales del XIX en París dichos vendedores, que fue llamado “chandail” y pasó a usarse como prenda deportiva por su comodidad. Se incorporó a nuestra lengua por primera vez en 1983. Como ven, el chándal y el ajo están íntimamente relacionados. ¡Qué cosas! Y aquel ha terminado por imponerse de tal manera que constituye toda una tendencia, una moda. Que se lo digan a Ágata Ruiz de la Prada, que anda consternada por ello. Dice: “Otra cosa es que la gente va desde hace dos años en chándal, ¿cómo se les quita esa idea?” Queja de la diseñadora que apuesta por vestir ropa de colores, cuantos más mejor. Los colores ayudan a superar la depresión. Y el chándal no ayuda por sus colores precisamente. La industrialización de la confección contribuye a la democratización en el vestir; cualquiera puede hacerlo. Pero lo del chándal es otra cosa. Miren lo que dice de él Karl Lagerfeld, el mayor showman que ha parido el mundo de la moda, un creador que se mueve entre el absurdo y la genialidad absoluta: “el pantalón de chándal es un símbolo de derrota. Has perdido el control de tu vida, así que te has comprado un chándal”. Lo que da de sí la ropa de los vendedores de ajos.