El brillo en tus ojos

    09 dic 2023 / 09:53 H.
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    Tú no te ves, pero cuando pasas las páginas de un libro, tus ojos denuncian tu estado de concentración, atrapado en ese mundo que se encierra en las páginas del libro. Vives en dos mundos paralelos, el de la ficción literaria o en el del ensayo contundente y en el de la vida cotidiana, con sus rutinas y sus limitaciones inevitables. El hilo conductor del argumento te transporta a un mundo perfecto, hilvanado por una lógica de acontecimientos, de posibilidades o de emociones encadenadas; nada que ver con los acontecimientos normales que se amontonan o se superponen sin otra lógica que su ocurrencia. La lectura potencia la imaginación, la fantasía, la emotividad, el vivir fuera de sí, como decía santa Teresa acertadamente. Potencia la vivencia íntima, que se alimenta de las pasiones y emociones de los demás, para ampliar las miras y generar empatías desconocidas. Dicen que hasta resulta sexy. La lectura te hace pasar de la pobreza e indigencia mental a la riqueza de opciones, posibilidades y fantasías. Moby Dick, el Quijote, el humor de Jardiel Poncela, de Álvaro de la Iglesia, ensayos de Stuart Mill, de Hanna Arendt, novelas de Clarin, de Tolstoy, S. King... Falta espacio para sugerirte infinidad de esas lecturas que aumentarán el brillo en tus ojos al posarse sobre ellas.

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