llegó

08 may 2017 / 18:08 H.

Parecía que no, pero fue que sí; el toro del Brexit está en la plaza y hay que torearlo; la vieja Europa, el continente, que se queda aislado de la metrópolis en decir de los ‘british’; la UE, en su peor momento, tiene que jugar sus cartas. ¿De dónde sacará fuerzas? Está visto que querrán el oro y no el moro —eso para nosotros—: circulación de personas unidireccional a la Costa del Sol con turismo sanitario incluido y recibir Erasmus ricos con divisa paterna. ¿Será Bruselas capaz de decirle que no?, ¿hasta dónde?, ¿cómo van a resolver la frontera exterior de La Línea sin fastidiar a los currantes hispanos y poner coto a la especulación “offshore”?, ¿dejará Londres salir el núcleo duro de las finanzas de la ‘city’? La tarea es como para hacer pantalones a un pulpo y requiere arrojo e imaginación, virtudes que no adornan a los burócratas de Bruselas. La UE a 27 no será viable sin dos velocidades y una locomotora fuerte que sea capaz de detenerse y plantar cara firme en la costa de Calais.