El arte invisible
En “El rey desnudo” (cuento de Andersen) dos pícaros proponen: “Es un bastardo quien no vea la tela del traje que hacemos para el rey”. Luego, los que miran, aunque no vean nada, afirman verla por miedo a perder su estatus. A veces, el miedo a hacer el ridículo nos hace ser víctimas de los que se aprovechan de nuestra credulidad para vendernos su verdad. En la pintura y escultura modernista y abstracta. Con frecuencia, nos hacen ver maravillas que no existen. Según los autores: “¡Sólo ellos y algunos privilegiados pueden ver, entender e interpretar su obra!”. Pienso que para que una obra sea arte (“La Gioconda” de Leonardo, “El David” de Miguel Ángel) debe obedecer a tres criterios; si no los cumple, será mera técnica: —Ser difícil de elaborar, pues en caso contrario, hasta un niño podría ser su autor. — Transmitir un mensaje que todos los observadores comprendan en mayor o menor medida. —Expresar armonía, perfección y belleza. Seamos valientes como el niño del cuento y atrevámonos a decir lo que sentimos: “¡Pero..., si no veo nada!”.