El arte
del delito

    29 abr 2023 / 09:45 H.
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    Nos trasladamos al siglo XX. París. Sobre la ciudad de la luz se ciernen oscuros nubarrones. El famoso cuadro del polifacético Leonardo Da Vinci, La Gioconda, ha sido hurtado del museo del Louvre. La policía francesa tiene varios sospechosos, entre ellos, el prometedor pintor español, Pablo Picasso y su amigo, el poeta Guillaume Apollinaire. ¿Y por qué sospechó la police de estos dos artistas? La respuesta la encontramos cuatro años atrás, cuando se perpetró el robo de dos estatuillas iberas también en el Louvre. Todos los indicios apuntaban al pintor y sus amigos. Tras varios interrogatorios se descartó la participación de ambos en el robo del cuadro y se detuvo al verdadero autor, un pintor de brocha gorda italiano llamado Peruggia que, de no haber sido detenido, seguro que habría aprendido el arte de Leonardo y ahora sería un famoso pintor de brocha fina, y no el pintor de brocha gorda que terminó por ser. Y además, ladrón. Lo que sí es cierto, y eso está acreditado, es que aquellas estatuillas sirvieron de inspiración al artista malagueño para crear su primer cuadro cubista: “Las señoritas de Avignon” (1907), fecha en las que estuvieron ocultas en su taller de la rue Bateau-Lavoir. Como dice el refranero español: No hay mal que por bien no venga.

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