El amigo Alfonso

12 jun 2019 / 09:12 H.

Estuve tentado de titular esta “brisa” “Mi amigo Alfonso”. Y es verdad que Alfonso es un entrañable amigo desde hace muchos años, cuando —estoy seguro— no pensaba en ser alcalde de Jaén. Pero Alfonso es el amigo de todos. Su carácter abierto, su cordialidad, su bonanza y buen humor le hacen asequible a ser amigo de todo aquel le trata aunque sólo sea unos momentos. En nuestra ciudad no abundan las personas que coincidan conmigo en tener el buen humor como bandera y, además, que sepan utilizarlo con mesura y respeto. Alfonso está siempre abierto a la sonrisa, al chiste oportuno, lo que le hace un contertulio de lujo, de los que nunca te cansas de charlar animadamente. Es eso que decimos por estos pagos, un tío fenómeno. A esa envidiable condición humana añade su irrenunciable y sentido amor por nuestra ciudad —que es la suya—, sus gentes y sus cosas. Fue lo que le llevó a la política y lo que le hizo ser alcalde de Jaén durante dos legislaturas, la primera de 1989-91 y la segunda de 1995 a 1999. Y si se le pregunta a quienes vivieron bajo su mandato, la gran mayoría contestará que ha sido el mejor alcalde que tuvo nuestra ciudad desde que existe la democracia. Y es verdad que fue un extraordinario gestor, que se entregó con todo el alma en su labor. Han pasado 20 años de aquello. Alfonso dejó la primera fila de la política y continuó trabajando en la sombra por Jaén. Lo que hizo siempre y continúa haciendo. Y siempre con una sonrisa. Que los jiennenses le quieren se demostró hace dos semanas cuando hizo el saque de honor del partido Real Jaén-Ferrol. La ovación fue solidaria, espectacular. Lo que sí extrañó a muchos fue verle sentado en un carrito de ruedas. Alfonso ha visto atacada y resquebrajada su salud por la enfermedad. A pesar de ello, cuando alguien le pregunta que cómo está, el responde con una amplia sonrisa que “está de puta madre”. Es un gran luchador y no se va a rendir, menos aún cuando sabe que cuenta con el apoyo de sus innumerables amigos. Recordando la imagen del carrito, recuperé esta caricatura que le hice hace 20 años, sentado cómodamente en su sillón, con su pijama, su batín, su copa en la mano y con su rostro anunciando un nuevo chiste. Como queremos verle todos cada día y durante muchos años. Alfonso es uno de los nuestros, de nuestro Jaén, y nos sigue haciendo falta. Y no nos va a defraudar.