La ley Celáa

Es un drama lo de las leyes de educación de la democracia en España. Me parece mentira que no seamos capaces de ponernos de acuerdo y de hacer la primera ley de educación de la democracia por consenso. Las leyes de educación deberían ser “técnicas”. Es decir, un compendio de todo lo bueno que ha atesorado la experiencia educativa a lo largo de los años y complementado con aquello que está dando resultado en alguno de los países de nuestro entorno. ¿Por qué las leyes de educación tienen que pagar el pato de las desavenencias religiosas, ideológicas, éticas y de todo signo? Y ahora vamos con la ministra Celaá... ¿Por qué lo que ha sido tan bueno para ella, no lo quiere para los niños españoles? ¿Por qué lo que ha elegido para sus hijas, no lo elige para los ciudadanos de su país? Hasta donde es capaz de llegar la hipocresía. Hay que reconocer la importancia de los colegios religiosos en España. Si no fuera por ellos, el Estado sería incapaz de prestar la educación a sus ciudadanos. Hay ciudades de más de 150.000 habitantes en las que el Estado no ha estado presente nunca en la educación, más allá de un 15%. De qué sacan pecho.