La ley natural

Hay voces que ponen en entredicho el papel único de los padres en la educación de los hijos. Lo respeto pero que no comparto. Ya sabemos que, últimamente, el “Estado” se entromete en la educación de los hijos tratando de aleccionar a los niños dentro del sistema educativo, ello más allá de las asignaturas académicas de conocimiento tradicional del ser humano (matemáticas, lengua, biología, literatura, historia, etc.). Desde mi punto de vista, ese afán está fuera de lugar, porque atenta contra la ley natural, que concede el “todo” sobre los hijos hasta el cumplimiento de su mayoría de edad, básicamente porque los autores de la vida de un niño lo son sus padres, y nada más allá de esa línea es lícito, a no ser, eso sí, que lo que se oferte para aleccionamiento del joven sea simplemente optativo; eso será (y volvemos a la potestad de los padres) una decisión de sus progenitores. Lo malo es que la realidad no es esa, la realidad es que el ansia de manipulación de las masas en las escuelas impone asignaturas en contra de la voluntad de muchos padres, y ello es en sí mismo injusto a mi criterio, porque lo imponen leyes injustas de hombres, leyes de hombres que van contra la ley natural.