Dos palabras
Las palabras tienen el inmenso poder de transformar el mundo. Al decirlas, al escucharlas, al sentirlas, eso que comunicamos a través del lenguaje oral nos va a permitir crear un vínculo con las personas con las que nos relacionemos, ya sea a nivel laboral, familiar, etcétera. Cuando queremos a una persona, es necesario saber transmitirle ese sentimiento, no solo con actos, sino también con palabras. En esta vida de la inmediatez y de las prisas, olvidamos a veces el poder transformador que tienen las palabras y lo importante que es saber llamar a las cosas por su nombre. Además, caen en desuso si no las ubicamos en el lugar que merecen. Es importante usar las palabras de manera que el lenguaje no sea ambiguo. Ser claros y concisos en el acto de comunicar algo a alguien. Ahora bien, sucede también que hay personas que no sienten lo que dicen y otras que no dicen lo que sienten. Por eso, es primordial saber expresar lo que se siente y saber utilizarlo. Que hechos y palabras vayan de la mano en la compleja naturaleza de las relaciones humanas. Desnudar el lenguaje es la forma más bella de acercarnos a los demás. No guardarse lo que uno siente por miedo a ser rechazado. No os guardéis estas dos palabras: “te quiero”.