Doña Leonor, la feminista

    07 jul 2020 / 16:41 H.
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    Era doña Leonor una mujer tan de su tiempo que formaba parte de un movimiento místico que muchos consideraban una herejía: los alumbrados. Tan adelantada a su época, que aún siendo de buen linaje, y bien casada, leía y también escribía. Por escribir, una vida propia de sus años, acabó en lenguas. Quiso doña Leonor de Biedma, viuda de Mendoza, otorgar testamento. Y lo hizo de puño y letra... “quiero y es my voluntad (...) todo lo aya e herede doña Leonor de Saavedra Biedma (...) a la qual señalo por mi heredera universal”. De un plumazo (y un tintero), dejó sin herencia a los sobrinos varones. En la Baeza de finales del siglo XVI, un testamento así, además escrito por mano de mujer, se cuestionó por arriba, por abajo, del las y del revés. Al final, un escribano tuvo que volver a poner aquel documento de nuevo negro sobre blanco. Porque doña Leonor había instituido una especie de fundación matriarcal. Sus descendientes femeninas siempre heredarían, habiéndose casado por la Iglesia, “de manera que aunque tenga un hijo varón quiero que no lo herede sino que suceda en la hija mayor que tuviere (...) y así sucesivamente de mujer en mujer en la mayor de ellas: muger en muger la mayor en edad”.

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