Divina Betatun

    01 oct 2019 / 08:51 H.

    Era Betatun una deidad íbera, con santuario en las Atayuelas, en Fuerte del Rey. Al parecer, la diosa recibía en su templo ofrendas, exvotos y promesas, que se hacían al modo de los oráculos, y a las que llamaban suertes. Una inscripción en la que una mujer, ya íberorromana, daba gracias, descubrió a nuestra primigenia divinididad. “Aelia Belesiar, por mandato de la suerte, cumplió con agrado y merecimiento el voto que había prometido a Betatun”. A días del equinoccio de otoño, que desde hace años recreamos en algunos de nuestros ancestrales ermitas íberas, podremos encontrar de nuevo a esta añeja Betatun, transmutada en la griega Perséfone, como deidad de la fertilidad. El sol, con sus primeros rayos, de forma paradójica, la cubrirá de sombras. Volviendo a la mitología helénica, la diosa se ocultará en el Inframundo de Hades y no resurgirá hasta el equinoccio de primavera. La madre de Perséfone, Deméter, la buscó y abandonó sus quehaceres como diosa de la agricultura. Ante tal situación, tuvo que mediar Zeus y logró esa liberación parcial que también se aplica a Betatun: De equinoccio a equinoccio. Para que los campos volvieran a vivir.