Diálogo de besugo (I)

    08 ago 2024 / 09:20 H.
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    Buenos días, eminencia. —Buenas noches, Nepote. —¿Apeamos el tratamiento? —Pues sí... Suena maloliente. —Y, sobre todo, ahorramos en caracteres. ¿vale?

    ¿Que cuánto vale? Nada, es gratuito. Me pareces algo besugo. Pues no, que soy sardina del Cantábrico. Pero si estos pececitos se capturan en los meses con erre... Pues los cambiamos por pulpo. Vale... ¿Otra vez? Bueno, pues okey. Es que tengo un secreto... ¿Ibérico? No, pluma. Claro, como eres escritor, pues eso. Tengo un secreto... es que soy un factótum. Pues vaya faena, tan joven y apuesto. Soy el centro del Universo... ¿Cómo Dios? Pues casi, salvando distancias por su parte. Y algo más: también soy olímpico. Eso sí que es grave, porque donde se ponga una buena ducha con un oloroso jabón, que se quite otro tipo de limpieza, olímpica o no. Fíjate en lo de la senectud. ¿Lo que ha ocurrido en el Sena? Exacto. Qué guarreo tan parisino... Ha sido como bañarse en sopa de pescada. Bueno, pero el tiempo ha acompañado. Pues como aquí, más al sur... Qué días de frescor tan propios de estas latitudes... Por algo estamos en la zona templada del norte... Oye, hablando de la temperatura, ¿te funciona el calefactor? Claro, pero lo enchufo sólo después de comer, durante la siesta. Con el calorcito es más fácil coger el sueño. Lo que está ahora más fresco es lo de la polis. Después de comer el polis de limón es el más refrescante, pero a media tarde gusta más un cucurucho de frutos del bosque. Ya te salió lo de la brujería, no lo puedes remediar. Es que el amor es siempre brujo. Acuérdate de Falla. Llevas razón, lo de Falla es habitual con los años. Todo te va fallando, hasta la cartera. Mi nuera me ha regalado una para mi cumpleaños. Tiene cremallera, así no te pasas en el muestreo ni en el chismorreo. Deseando estamos de que chismorree alguno de los nublos cabreados que rondan el paisaje celestial. Es cierto. Ya lo dice el refrán: agosto, frío en el rostro. Me voy a tomar un helado, Nepote. Se te nota en el timbre de
    voz; es una evidencia de su eminencia.
    Adiós, tú. A más ver, que falta me hace.

    Diario JAÉN


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