Detecta
descorteses

    04 dic 2020 / 16:26 H.
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    Funcionan bastante mejor que los detectores de metales, o que un termómetro para medir la temperatura. Con un simple carrito de bebé podemos detectar, en un corto paseo, y con precisión milimétrica, a nuestros conciudadanos incívicos. A falta de carrito, si no tienen cerca niños pequeños, el medidor de falta de educación puede ser sustituido por una silla de ruedas, bastones, muletas o incluso algunas personas lo llevan incorporado por su avanzada edad o estado de gestación. Subir al transporte público y encontrar gente que no les cede el sitio, e incluso en los casos más decepcionantes son capaces de tratar de entrar antes para pillar los huecos vacíos, y luego no levantar la cara (no blanda) del móvil, para hacerse (o demostrar ser) “los tontos”. Y la dichosa pandemia mejora la detección casi como los nuevos termómetros de pistola mejoran a los de mercurio. Basta un ascensor, ya tan restringidos en uso, para encontrar a personas que no se bajan ante quienes no tiene otro medio de cambiar de nivel... y en ese caso ni les da tiempo a esconderse en el móvil. En positivo diremos que del mismo modo, por exclusión, son magníficos detectores de buena gente y solidarios, que en el mejor de los casos incluso afean la actitud a los que no son nada empáticos.

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